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Abono Sevilla 2022

Frustrante final de la temporada en Sevilla

Si le digo a ustedes que lo más emotivo de la tarde ha sido la ovación con que la afición sevillana, siempre sensible, hizo saludar a Morante al romper el paseíllo en homenaje a la inolvidable faena del viernes, y leen ustedes que se han cortado dos orejas, seguramente me podrán tachar de aguafiestas, y puede que tengan razón. Pero es que de lo que hemos visto esta tarde poco se nos va a quedar en el recuerdo.

Cuando salieron los carteles del abono allá por febrero, y vimos que el cierre de temporada era otra corrida de Juan Pedro Domecq, nos encomendamos al destino, pero como Morante ha hecho la temporada que ha hecho y el viernes hizo la faena que hizo, fuimos a la plaza tan esperanzados como siempre, igual que los miles de personas que, hoy sí, llenaron la plaza de toros. Pero como dice el dicho taurino, el hombre propone y el toro descompone.

El primer toro, bien presentado como toda la corrida, fue flojo y derrengado y debió ser devuelto sin paliativos, y todavía no nos explicamos por qué no lo hizo el señor presidente, seguramente por ser el primero y temeroso de que tuviera que devolver alguno más. Con este material imposible torear. El segundo de Morante tenía un recorrido igual a cero, o sea nulo.

El segundo Juanpedro tuvo un poco más de fuelle y fue de menos a más, incluso acabó arrancándose de largo en la última serie de adorno. Con muchas ganas de agradar Ginés Marín le cortó una oreja, donde destacó la disposición del torero. A su segundo que se defendía más que atacaba no acabó de cogerle el aire entre enganchones.

El tercero no fue malo, pero tenía poco empuje y menos brío, si no hubiéramos visto una gran faena de Pablo Aguado, que quedó sólo en buena. Otra oreja. El toro que cerraba temporada fue bruto y hasta peligroso. Aguado estuvo muy valeroso con él.

Será hasta el año que viene.

@isanchezmejias

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Impresionante faena de Morante

El cuarto toro de la infumable corrida de Matilla, salió como descoordinado, dando camballás. Se acercó al burladero del 7 y en los terrenos del 5 ya lo esperaba Morante sin más preámbulos. Se le vino cruzado, casi se lo lleva por delante, no obedeció al capote y lo persiguió con malas intenciones hasta el burladero hacía donde huía el torero por pies, y hasta tuvo que tirar el capote a un lado para que no lo alcanzara. Después de unos momentos de zozobra, el matador tuvo que hacer de tripas corazón y salir a intentar pararlo otra vez. El toro seguía raro, y además empezó a cojear de la mano derecha. La plaza empezó a pedir su devolución, y cuando pegó un guiño de burriciego aquello ya era un clamor pidiendo el pañuelo verde. Entonces Morante pidió calma, incluso corrigió a su subalterno “El Lili” por darle el trapazo que se merecía el toro y le pidió suavidad. Pensamos, algo le habrá visto el torero, pero el qué. En el quite le dio unas chicuelinas con tanto desprecio como nunca habíamos visto.

Cuando cogió la muleta, pensábamos si aquello le iba a durar dos minutos o lo intentaría por la derecha. Pero se apoyó en las tablas como si el toro fuera bueno, y partir de ahí surgió la magia y la emoción de la que solo es capaz este torero. El toro acabó rompiendo en malo y hasta peligroso, pero Morante se la jugó sin cuento, con un valor seco y en una faena larga, poderosa y artistita lo metió en la canasta y fuerza de quietud y de no dudarle. A la enésima serie, ya con la música, que ese es otro enemigo con el que tiene que lidiar el torero, aquello era una locura. Cada serie mejor que la anterior, cada pase mejor que el anterior, cada “Óle” más fuerte que el anterior. Varias veces puso al público en pie. Si lo mata a la primera le hubiéramos pedido el rabo y medio toro si hiciera falta. Calculen como sería la cosa que después dos pinchazos el presidente le tuvo que dar la oreja. La vuelta al ruedo fue de época. Gracias Morante.

@isanchezmejias

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75 años de la muerte de Manolete

Pensaba que la corrida conmemorativa del 75º aniversario de la muerte de Manolete en Linares era la más importante de la temporada. Otra vez los Miuras allí y Rafaelíllo, Morante de la Puebla y Curro Díaz para honrar su memoria. Había que estar allí, a pesar de los más de 800 km. y las casi ocho horas de conducción. Cuando hay una esperanza se hacen estos esfuerzos. Comida con amigos aficionados que venían de otros lugares, sobremesa, banda de música tocando “Manolete” camino de la plaza y calor asfixiante fuera y, sobre todo, dentro de una plaza de toros que llenó la Sombra más de la mitad del Sol. El gesto de una figura como Morante de anunciarse con miuras en esta plaza merecía cualquier esfuerzo.

Ya comiendo nos enteramos que habían echado cuatro miuras para atrás. Después la cosa quedó en que vimos cinco miuras y un cuvillo. Miura está lidiando mucho este año y estamos viendo unos toros que no habíamos visto antes en esta ganadería. Toros chicos, de poco peso, incluso bajos. El segundo de ayer no era presentable ni en plaza de tercera. Después su comportamiento sigue siendo el conocido: desconfiados, enterándose de todo, dejándose uno y pegando un cabezazo en el siguiente, lo conocido. El primero de Rafaelillo fue un toro grandón y tan débil en los primeros tercios que parecía que iba a ser devuelto. Pero después aguantó toda la faena, a media altura, y muy meritoria en un profesional que se conoce este encaste de sobra. Una buena estocada y primera oreja. Su segundo fue un bonito toro de Núñez del Cuvillo que remendaba la miurada. El torero, que ha debido de verse en pocas delante de un toro tan noble y obediente, le hizo una faena en Rafaelillo. Pinchazo, estocada y oreja.

El primero de Curro Díaz era un sardo bajo, serio, complicado y con malas intenciones. Intentó torearlo con temple al principio, pero el toro no se dejaba, y acabó fajándose con él en una faena meritoria. Estocada baja y oreja. El que cerraba plaza, ya a media luz, era chico y tampoco tenía muy buenas intenciones, aunque repetía la embestida codicioso. Otra faena de mérito de Curro Díaz, culminada con una estocada tendida, espera sentado en el estribo, y descabello. Otra oreja.

Morante ha debido pasar una de las peores tardes de su carrera. Ni los toros ayudaron nada ni él ayudó a los toros. Su primero, chico y bajo, tenía, como dice el diccionario “aviesas intenciones”. Morante salió con la espada de verdad y el miura le duró seis machetazos dejándose topar la muleta. No se dio ninguna coba. Bronca antes de entrar a matar y gran bronca después. Su segundo le duró un poco más. Incluso intentó un par de muletazos, pero viendo que era imposible porque el toro no pasaba, abrevió, también llevaba la espada de matar. Estocada y sanseacabó. Por cierto, la cuadrilla de Morante pasó un mal rato con este toro, incluso ya estoqueado.

PD. Ahora que lo pienso, estos dos últimos domingos he visto lidiar 11 miuras y les han cortado oreja a 9 de ellos. No debe estar la cosa tan mal.

@isanchezmejias

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Lleno de no hay billetes en El Puerto

Después de las decepcionantes entradas del fin de semana anterior, en gran parte debido a las fechas de 30 y 31 de julio con cambio de alquilados, llegada de veraneantes agosteños y pereza de ponerse en carretera esos días de tanto tráfico, la plaza ayer se llenó, pero no de lleno aparente, sino de no hay billetes. Comentábamos con los vecinos, que el mismo día de la semana anterior, con similar cartel (sólo cambiando a Roca Rey por El Juli), la entrada fue muy pobre. Yo no creo que sólo Roca Rey meta media plaza, más bien creo que fue por la fecha y que muchos morantistas estábamos ya en El Puerto. Esta plaza siempre fue más de agosto. De cualquier forma, una gran alegría ver esta inmensa plaza llena de gente.

Los toros de Núñez del Cuvillo decepcionaron, mansos y deslucidos, sin humillar y distraídos. Sólo se salvaron medianamente el tercero y el quinto, al que dieron una absurda vuelta al ruedo que no vi a nadie pidiendo.

El primero de Morante fue muy deslucido, pegando cabezazos, sin humillar e incierto, y fue esaborío hasta para morir. A pesar de eso el matador le hizo una lidia eficaz y artística que pocos aficionados entendieron de suficiente mérito como para pedirle mayoritariamente la oreja después de dos descabellos. La cosa se quedó en ovación. Eso sí, recibió al toro con un cambio rodilla en tierra que ya pagaba la entrada. El cuarto fue un marmolillo que no se movió ni para huir.

Foto. Paco Martín para La Voz de Cádiz

Roca Rey, que llevaba un vestido de naranja y azabache muy feo, pinchó a su primero después de una faena de las suyas por la que le hubieran dado la oreja. La faena a su segundo, muy remiso para embestir, no remontó y el diestro estuvo especialmente breve cortando por lo sano.

El primero de Luque, de muy feas hechuras, fue un manso de libro que huía de su sombra sin querer pelea nunca. El matador estuvo eficaz y el manso le duró dos minutos. Su segundo fue un toro templado, al que apenas picaron. Empezó la faena con varias series a media altura, cuidándolo, y la terminó de forma apoteósica haciendo lo que quiso con el de Cuvillo, toreando con mucha profundidad, y con el público entregado y puesto en pie. Muy centrado el torero. Mató de una buena estocada y se llevó dos orejas indiscutibles.

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Decepcionan los garcigrandes en El Puerto

Antes de los toros decepcionó la muy pobre entrada, sobre todo en los tendidos de sol. Después de la pandemia donde con un aforo limitado al 50% las plazas parecían llenas, me siento incapaz de dar una estimación de la entrada, pero calculo que no mucho más allá de un tercio de plaza. Con este cartel y con antecedentes de esta plaza, ignoro qué ha podido pasar. El día, los precios, el cansancio de la afición. Y dicen que para hoy con Juli, Manzanares y Talavante, la cosa no pinta mejor. Un gran problema que tendrán que resolver los interesados.

Los garcigrandes decepcionaron de principio a fin, reuniendo muy pocas características de lo que se pide de un toro bravo. En general distraídos, mirando a los tendidos, remisos para embestir, desrazados, abantos, mansotes, queriéndose rajar, trabajosos para las cuadrillas, rápidos de patas y hasta violentos. Dicen que las cuadrillas son a los toros que más temen para banderillear, y demostraron que tenían razón cuando alcanzaron a dos grandes subalternos como Juan José Trujillo y Alejandro Sobrino que se libraron de males mayores de verdadero milagro, especialmente la de Sobrino fue dramática con el toro encelado con él y tirándole derrotes a diestro y siniestro. Además, tuvimos que ver cantidad de pasadas a una sola mano por las condiciones de los toros.

A pesar de todo, cuando alguno se equivocaba y metía la cara después de muchas voces, eran casi suabones, y algo de calidad pudimos ver en los lances y muletazos de Morante, una faena de poder de El Juli a su primero y dos faenas de mucho mérito de Daniel Luque, que se la jugó con sus dos toros, con mucha técnica y sobrado de capacidad y serenidad. A su primero lo mató de una gran estocada y se llevó dos orejas, y en su asustó al tendido a base de un arrimón de época. Otra oreja.

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Vestido de lujo de Morante para el centenario de la plaza de toros de Pamplona

Nueve años hacía que Morante de la Puebla no pisaba la plaza de toros de Pamplona. Dejó dicho que esa plaza reunía todas las condiciones para que él pegara un petardo. Pero este año era el del centenario de la plaza de toros y este año Morante se atreve con todo, así que allá que fue a triunfar el señalado día del 7 de julio.

De todos los aficionados es sabido el tiempo que el matador dedica al estudio del pasado de la Fiesta y su debilidad por la figura de Gallito. Ha resucitados suertes enterradas como las “tijerinas”, el toreo de manos altas a la verónica, los quiebros de rodillas o el “galleo de bú”, que no se veía en una plaza desde hace más de 100 años. Además, mucho de su toreo se inspira en suertes antiguas como los molinetes de rodillas o el toreo a dos manos que le sale sublime. También ha honrado el pasado con detalles en los vestidos de torero, los golpes, o la montera. Pero desde la temporada pasada está sorprendiendo con unos vestidos de torear muy originales que él mismo idea y que el sastre Justo Algaba da forma.

Foto de Javier Arroyo

El siete de julio de 2022, para honrar el centenario de la plaza de Pamplona estrenó un vestido muy original por ser las taleguillas de distinto color que la chaquetilla y que honraba los sanfermines por su intenso cromatismo rojo y blanco, colores de la cuidad en fiestas. Una preciosidad de traje con esas taleguillas blancas bordadas que contrastaban con la chaquetilla de intenso rojo y blanco.

Si además después torea como ya nos tiene acostumbrados, con dos faenas llenas de torería, sabor, lentitud y profundidad, se puede vestir como le dé la gana que siempre se vestirá de grandioso torero.

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PD. Según me informa el amigo Aurelio López, Morante ha donado el vestido al Hotel La Perla. Detalle de figura

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Morante deja afónica Las Ventas

Este año se ha puesto de moda decir que la Plaza de Toros Monumental de Madrid “ruge”. Expresiones del tipo “Cuando ruge esta plaza, es única”, “Ese rugido de Madrid”, “He sentido como rugía la plaza”, han sido comunes entre toreros, periodistas y aficionados . Yo que he visto la mayoría de las corridas por el Canal Toros de Movistar y sólo con el sonido ambiente, que es lo más parecido a estar en la plaza, afinaba el oído, pero no oía el famoso rugido de Madrid. “Óles”, “Bien” y ovaciones sí, pero nada de rugidos.

El día uno tuve ocasión de ir a la plaza con la esperanza de ver nuevamente a Morante, esta vez en la corrida de la Beneficencia, y mis expectativas fueron más que colmadas. Al segundo toro le hizo una faena de ensueño, durmiendo cada pase, recreándose en él, fueron momentos inolvidables. Cuando ligaba tres y el de pecho los “óles” de la plaza eran unánimes y ensordecedores. Si eso es el rugido de Madrid, nos quedamos afónicos de tanto rugir. Además, como cada tarde nos dejó algún detalle gallista, en este caso descabelló de rodillas. Como dije en Sevilla: Morante, gracias.

Al Juli se le ve cada vez con más afición y con más técnica. Si hacen ustedes el esfuerzo de comparar la primera embestida de sus toros con la última, convendrán en que parecen toros distintos. Ginés Marín se la jugó con un manso pregonado ante la indiferencia del público.

Un detalle. Las borlas de adorno de las banderillas parecían pelotas de playa. Los banderilleros procuraban quitarlas antes de parear porque así era imposible igualarlas. Un feo espectáculo ver el ruedo lleno de pelotas de colores.

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Gracias, Morante

Ese fue el grito que se escuchó de un señor del Tendido Uno al terminar la corrida, y resume el sentimiento de muchos aficionados, de casi todos. Es un privilegio poder ver torear a Morante. Un torero que ha resucitado suertes antiguas, que les anda a los toros como ninguno, que torea con el capote con un arte y una plasticidad inigualables y que es capaz de hacer una faena a un toro con motor y peligro como la que hemos visto, que no sólo nos ha puesto la carne de gallina y emocionado, sino que nos ha convencido de que el Toreo es el único arte, que en un segundo irrepetible, es capaz de levantarte extasiado aplaudiendo sin saber dónde estás.

Porque el sobrero de Garcigrande no era la tonta del bote a la que se están acostumbrando las figuras. Era un toro con poder, que embestía con todo. Un toro con peligro al que había que saber torear. Morante se ha jugado los muslos en cada pase, dónde ha llevado al toro humillado y toreado de una forma sublime, bella y total. Una faena redonda y emocionante que hemos aplaudidos perplejos e hipnotizados. No solo es la faena de la Feria sino de la temporada. Dos orejas tan rotundas o más como las de este torero en el pasado San Miguel. Lo dicho Gracias, Morante, mil gracias.

Hay que decir que la corrida de Torrestrella no ha respondido a las expectativas. En general, floja, y el que ha embestido, lo ha hecho con malas ideas. El primero de Morante no valía nada, y después de la ceremonia de devolución de trastos de la alternativa, se quedó con la espada de verdad, y aquello le duró un santiamén. Pensaría, si va a haber bronca, cuanto antes mejor, y la hubo. Siento tener que decir que Manuel Perera no estaba para tomar la alternativa, y menos en Sevilla. Ni ha sometido a los toros ni les ha dado la lidia que requerían. Mucha puerta gayola, laces de rodillas, pero poco toreo. Estuvo a merced del toro de la alternativa y en su segundo hubo más trallazos que pases. Eso sí, mucha voluntad.

La técnica de El Juli es tan portentosa que a su primer Torrestrella, un toro con mucho genio, fue capaz de dejarlo suave, obediente y hasta noble. Un prodigio. Su segundo fue tan parado que no fue capaz de hacerlo embestir.

Yo he tenido mucha suerte en la época que me ha tocado vivir. Vi a Camino, Puerta y el Cordobés, y me quedé perplejo con Ojeda. Después me hice de religión currista, de esos que se conformaban con verlo hacer el paseíllo y se partía la camisa si toreaba, y ahora soy morantista convencido y disfruto como un loco ¡Viva Morante!

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Los detalles toreros de Morante

José Antonio Morante de la Puebla está en un momento que hay que a verlo allí hasta donde aguante la cartera. Si en su anterior comparecencia nos dejó una faena primorosa a su primero, y nos regaló unas verónicas de manos altas, hoy, en su segundo, se fue al tercio con la montera puesta, se la quitó toreramente, brindó al público y la puso en el suelo encima de las zapatillas. Sin enmendarse y con el “cartucho de pescao” homenaje al maestro Pepe Luis en el centenario de su nacimiento, cito al toro y le soltó varios naturales de ensueño. Este detalle ya paga la entrada. La faena, en los terrenos de sol a los que se había ido el manso de Cuvillo, fue torera y profunda, sin un tirón, sin una prisa, andándole al toro con un señorío y con una torería ya en desuso. Entró a matar con el toro perpendicular de cara a tablas y dejó una gran estocada. Esta vez el presidente sí le dio la oreja que le negó al día anterior. A su primero lo picaron mucho y mal y poco pudo hacer salvo estar en torero.

Juan Ortega ni ha tenido sus toros ni ha tenido su tarde. Sale de Sevilla un escalón por debajo de lo que entró.

El Roca Rey de sus primeros años ha vuelto. Después de haber salido del apoderamiento de la Empresa y del Domingo de Resurrección, ha salido a revienta calderas. En su primero ha recordado el de sus mejores tiempos, con una faena en donde la salida del toro parecía imposible y donde tenía que doblar la cara por donde le decía el torero para no cogerlo. Faena emocionante con más ¡ay! que ¡óle! pero donde el torero estuvo entregado. Mató de media y le dieron nuestras dos orejas de cada día, en ese listón tan triunfalista y tan bajo, en el que ha convertido este año la feria. Que en su segundo iba a cortar una oreja por lo civil o por lo criminal para salir por la Puerta del Príncipe, lo sabía hasta el último que entró a la plaza con el cubata después del paseíllo. Y, efectivamente, estuvo tremendista, jugándose la vida ante un toro que no valía nada. Hasta lo cogió de mala manera, afortunadamente sin consecuencias. Se tiró a matar, hundió el estoque y vimos la mayor petición de oreja de lo que llevamos de feria. El presidente, seguramente viendo las orejas que le dio en el primero y los excesos que llevamos de triunfalismo, reculó y no se la concedió. La bronca fue monumental, llenando el ruedo de almohadillas antes de que el diestro diera dos vueltas al ruedo. El público se había cabreado porque se había quedado sin su Puerta del Príncipe de cada día.

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Vista y sensibilidad


Amparándome en el título de la ya película de culto, tengo que decir que lo que hoy ha fallado ha sido el palco. Al presidente D. Fernando Fernández Figueroa le ha faltado sensibilidad para otorgar la oreja en el primer toro de Morante de la Puebla, cuando le ha hecho al toro todo y sólo lo que le tenía que hacer. Y hecho con un gusto exquisito, inspirado en viejas suertes de Gallito, como las verónicas con las manos altas de categoría. Detalles toreros inigualables e irrepetibles. La música sólo sonó en la última tanda de la faena porque el actual director de la banda tiene la misma sensibilidad que el presidente, o sea, ninguna. Después de matar por derecho se le pidió la oreja, pero el presidente contó pañuelo a pañuelo y debió de faltarle alguno. La falta de sensibilidad del palco torció el festejo.


El segundo de Morante estaba reparado de la vista, salió a pararlo El Lili porque todos lo habían visto menos el presidente y su veterinario en el reconocimiento. Morante se lo indicó claramente al matar el toro. Además de falta de sensibilidad al palco le faltó vista para detectar este defecto del toro, incluso para haberlo devuelto, pero es lo que tenemos, equipos que ven los toros en el campo seis días antes, les dan el beneplácito, y cuando llegan al reconocimiento no los aprueban, y al que tienen que echar por cegato, se les cuela.


El primero de Diego Urdiales también tendría que haber ido para atrás por la evidente falta de fuerzas, pero tampoco para esto tuvo sensibilidad el palco. El matador no pudo hacer nada, claro. El quinto fue un toro soso y sin celo y Diego Urdiales sólo puedo estar en lo torero que es y matarlo de una soberbia estocada.


El tercero, como casi toda la corrida fue soso y sin fuerzas y Manzanares sólo pudo componer la figura con su toreo de cintura y matarlo con el cañón que tiene en su mano derecha. El último fue el único toro de verdad de la corrida, con recorrido y trasmisión. Manzanares deleitó a sus partidarios con ese toreo suyo tan estético, despegado y en diagonal, que entra por los ojos, pero no por el corazón. Mató de media recibiendo en chiqueros, le pidieron la oreja, y esta vez, D. Fernando debió contar mejor los pañuelos y vio que había uno más que la mayoría y se la concedió. Las cosas del toro son así


Después no hemos venido a celebrar el viernes de preferia a la Cervecería Internacional, circunstancia por la que esto sale como sale, y donde hemos coincidido varias tertulias de aficionados de lo más variopinto. Tengo un amigo que le encanta Manzanares y que no le reconoce a Morante ni el más mínimo mérito. No hacemos carrera de él. Vamos, es que ni le gusta que estrene vestido cada vez que torea en Sevilla. Sin embargo, tengo otro que se le saltan las lágrimas cada vez que hace algo que recuerda las viejas suertes de Gallito. Como siempre digo, la polémica alimenta la fiesta. No hay billetes, dicho sea de paso.


@isanchezmejias