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Abono Sevilla 2023

Después de lo de Morante

El sábado, después de la corrida nos vinimos un grupo de aficionados a la Cervecería Internacional a comentar la tarde. Otras veces me retiraba un ratito y escribía el artículo de la corrida, pero esta vez no lo hice porque no tenía mucho que decir. Ayer nos dimos un baño de realidad y viendo que “después de lo de Morante” lo que hay es un vacío que no se va a poder llenar. Quizás con el tiempo podamos ir acumulando otras sensaciones, pero por ahora, tan cercano el milagro del miércoles, estamos como vacíos.

Después de saludar la ovación en el tercio tras romper el paseíllo, perecía que sólo Morante tenia fe en repetir el milagro. Su primero era mansote y bajo de casta. Pero ahí estaba el torero para doblarlo por bajo y poderle con el arte y la armonía a la que nos tiene acostumbrado. Le dimos la oreja quizás en desagravio por la que le negaron el lunes en su primero y para animarlo para el segundo. Su segundo fue incómodo, deslucido y con la cara por las nubes. Morante lo intentó con gallardía, seguridad y exposición, pero el lucimiento era imposible.

Ginés Marín ha estado superior. Artístico y mandón en su primero. En otros tiempos esto era una oreja de peso, pero hoy se ha convertido en dos por el triunfalismo que nos invade y porque hay que dejar la Puerta de Príncipe a medio abrir. La ambición del torero se topó con el poco toro que tuvo en su segundo y, aunque lo intentó de todas las formas posibles, aquello no daba para más. Deja mejor sabor de boca que alguna Puerta del Príncipe de las que llevamos.

Lo de Cayetano no está ni para comentar. A su primero se lo pasó a una distancia sideral y en su segundo se descaró con el presidente por un posible defecto en la vista, que más parecía que era por desviar las culpas de sus propias carencias.

@isanchezmejias

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Abono Sevilla 2022

Frustrante final de la temporada en Sevilla

Si le digo a ustedes que lo más emotivo de la tarde ha sido la ovación con que la afición sevillana, siempre sensible, hizo saludar a Morante al romper el paseíllo en homenaje a la inolvidable faena del viernes, y leen ustedes que se han cortado dos orejas, seguramente me podrán tachar de aguafiestas, y puede que tengan razón. Pero es que de lo que hemos visto esta tarde poco se nos va a quedar en el recuerdo.

Cuando salieron los carteles del abono allá por febrero, y vimos que el cierre de temporada era otra corrida de Juan Pedro Domecq, nos encomendamos al destino, pero como Morante ha hecho la temporada que ha hecho y el viernes hizo la faena que hizo, fuimos a la plaza tan esperanzados como siempre, igual que los miles de personas que, hoy sí, llenaron la plaza de toros. Pero como dice el dicho taurino, el hombre propone y el toro descompone.

El primer toro, bien presentado como toda la corrida, fue flojo y derrengado y debió ser devuelto sin paliativos, y todavía no nos explicamos por qué no lo hizo el señor presidente, seguramente por ser el primero y temeroso de que tuviera que devolver alguno más. Con este material imposible torear. El segundo de Morante tenía un recorrido igual a cero, o sea nulo.

El segundo Juanpedro tuvo un poco más de fuelle y fue de menos a más, incluso acabó arrancándose de largo en la última serie de adorno. Con muchas ganas de agradar Ginés Marín le cortó una oreja, donde destacó la disposición del torero. A su segundo que se defendía más que atacaba no acabó de cogerle el aire entre enganchones.

El tercero no fue malo, pero tenía poco empuje y menos brío, si no hubiéramos visto una gran faena de Pablo Aguado, que quedó sólo en buena. Otra oreja. El toro que cerraba temporada fue bruto y hasta peligroso. Aguado estuvo muy valeroso con él.

Será hasta el año que viene.

@isanchezmejias

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Morante deja afónica Las Ventas

Este año se ha puesto de moda decir que la Plaza de Toros Monumental de Madrid “ruge”. Expresiones del tipo “Cuando ruge esta plaza, es única”, “Ese rugido de Madrid”, “He sentido como rugía la plaza”, han sido comunes entre toreros, periodistas y aficionados . Yo que he visto la mayoría de las corridas por el Canal Toros de Movistar y sólo con el sonido ambiente, que es lo más parecido a estar en la plaza, afinaba el oído, pero no oía el famoso rugido de Madrid. “Óles”, “Bien” y ovaciones sí, pero nada de rugidos.

El día uno tuve ocasión de ir a la plaza con la esperanza de ver nuevamente a Morante, esta vez en la corrida de la Beneficencia, y mis expectativas fueron más que colmadas. Al segundo toro le hizo una faena de ensueño, durmiendo cada pase, recreándose en él, fueron momentos inolvidables. Cuando ligaba tres y el de pecho los “óles” de la plaza eran unánimes y ensordecedores. Si eso es el rugido de Madrid, nos quedamos afónicos de tanto rugir. Además, como cada tarde nos dejó algún detalle gallista, en este caso descabelló de rodillas. Como dije en Sevilla: Morante, gracias.

Al Juli se le ve cada vez con más afición y con más técnica. Si hacen ustedes el esfuerzo de comparar la primera embestida de sus toros con la última, convendrán en que parecen toros distintos. Ginés Marín se la jugó con un manso pregonado ante la indiferencia del público.

Un detalle. Las borlas de adorno de las banderillas parecían pelotas de playa. Los banderilleros procuraban quitarlas antes de parear porque así era imposible igualarlas. Un feo espectáculo ver el ruedo lleno de pelotas de colores.

@isanchezmejias

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En El Puerto Morante puso el arte y Cuvillo la decepción

He comentado varias veces que cuando se viaja para ver toros, hay que valorar en lo que valen, el almuerzo anterior y la tertulia posterior. En este caso el almuerzo de la esperanza fue con morantistas irredentos, Juan y Aurelio López, los que le regalaron al artista el biombo de Gallito, Lorenzo Clemente del blog lagrantemporada, José Morente del blog larazonincorporea y mi compañero de abono de Sevilla Juan Luis Villanueva, que me suele dar muchos titulares de los artículos de la Feria.

La corrida tuvo un protagonista, el arte de Morante, posiblemente el último artista que tengamos en el escalafón. Estuvo con ganas toda la tarde noche (la corrida comenzó a las 20 horas). Toreó de capa primorosamente y con la muleta suplió con la profundidad de su arte la falta de toro que tuvo, su primero sin fuerzas ninguna a pesar de no ser picado, y el segundo descastado y sin decir nada. Lástima que pinchó sus dos toros, si no estaríamos hablando de orejas.

Cayetano entró sustituyendo al lesionado Manzanares, pero con distinta suerte y condiciones que la de Ferrera el viernes. En su primero, que se quedó parado a la tercera serie, no aprovecho las dos primeras, y en su segundo, manso y rajado, estuvo más cerca de lo que hace Padilla que de él mismo, mientras el público femenino lo piropeaba. Ginés Marín le cortó una oreja a su primero en una faena pulcra que no pasará a la memoria y se peleó con su segundo, manso y topón.

La ovación de la noche, y en pie, fue para dos soberanos pares de Iván García, marcando los tiempos, dejándose ver, incluso esperando a toro arrancado, y clavando en lo alto. También sonó una fuerte ovación para un milagroso quite de Ginés Marín a la salida de un par de Carretero que salió trastabillado con el toro pegado al galope.

El domingo volveremos para ver a Morante (tres toros, más oportunidades), para almorzar en compañía de morantistas jartibles (el del toro es turismo de calidad y gasto), y volveremos a contarlo, espero.

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Abono Sevilla 2017

Torrestrella gana crédito

El miércoles empezó el ciclo continuado de corridas de toros de la Feria de Sevilla, con tres toreros noveles y una ganadería de solera. José Garrido, y los que se presentaban de matadores en Sevilla, Álvaro Lorenzo y Ginés Marín, se enfrentaban al hierro de Torrestrella, que tan buenas corridas ha echados en Sevilla, pero que últimamente no había estado al nivel esperado.

La corrida, bien presentada, con algún toro que se escobilló, ha tenido clase y nobleza, aunque ha carecido, en general de motor. Hemos comentado que si los toreros le hubieran dado más distancia en vez de ahogarlos con las cercanías, igual podríamos haber visto más, sobre todo en los tres primeros. Cuando los toros venían de lejos, con su inercia, y no se paraban, iban largos, pero cuando se paraban ya les costaba mucho volver a arrancarse. Lo cierto es que los tres primeros, parecían que tenían más de lo que los noveles toreros les sacaron.

El cuarto fue el mejor del encierro. Garrido sí lo citó de largo, y le cuajó una buena faena. Toro encastado y noble, que fue muy ovacionado en el arrastre. Garrido cortó una oreja. A Lorenzo se le ha notado algo verde y Ginés Marín se ha quedado muy quieto en el último, el de menos clase de la tarde, pero no obtuvo recompensa.

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Abono Sevilla 2016

Presentación de El Parralejo con caballos en Sevilla

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Muy buena entrada para ver la presentación en Sevilla con caballos de los novillos de El Parralejo, los preferidos por el escalafón por su movilidad y juego, y con grandes triunfos en plazas de máxima exigencia. De lo primero que hay que dejar constancia es de la magnífica entrada para un domingo de mayo en medio de un puente, mucho mejor que en otras novilladas. Quizás que el día siguiente fuera festivo animó a la gente a ir a los toros. Podría plantearse la Empresa poner estas novilladas las tardes del sábado, o incluso las tardes noches del viernes, ahora que muchos sevillanos abandonarán la ciudad los domingos.

La novillada de El Parralejo estaba magníficamente presentada, pero fue muy irregular de comportamiento. Destacó un segundo novillo, bravo y encastado que la tomaba por bajo con largura y transmisión, y al que Ginés Marín, incomprensiblemente, le acortó los terrenos para querer hacer la faena moderna de parones entre pitones y que acabó firmando con un bajonazo, diluyendo el triunfo. Su segundo fue de los mansos más mansos que se han lidiado en Sevilla en los últimos tiempos.

El lote de Álvaro Lorenzo fue el más potable. Su primero era noble pero le faltaba algo de fuerzas. Lo toreó con oficio y temple y lo mató bien cortando una oreja sin mucha fuerza. Su segundo tenía la nobleza dulce que se busca últimamente, pero le faltó empuje. Destacar lo bien que se manejó el novillero a la verónica en sus dos toros, ganado terreno.

Pablo Aguado no tuvo suerte con sus novillos. Su primero se defendía y en su segundo tampoco pudo rematar. A este último de la tarde lo recibió en los medios de rodillas, con cinco faroles encadenados, a toro galopando y cambiándole los viajes, que fueron lo más emocionante de la tarde.

También hay que decir que el irregular viento de Levante molestó la lidia toda la tarde. Este viento que hace cambiar los estados de ánimo bien pudo influir en la evolución de la novillada ¡Vaya usted a saber!

@isanchezmejias