Cada plaza de toros tiene su idiosincrasia, su forma de ver las corridas, su comportamiento, y hay que respetarlo porque, se supone, que es así como se divierten los espectadores de esa ciudad o pueblo.
Yo soy un aficionado educado como espectador en la Maestranza, y que suele ver las temporadas de Sevilla y El Puerto de Santa María, ya saben lo que decía Fernando Villalón “Las cinco partes del mundo se dividen en dos, a saber: Sevilla y Cádiz”, y me gusta asistir a corridas de toros en otras plazas porque se aprende mucho. Madrid y Pamplona son mis favoritas. A Madrid suelo ir una vez al año por San Isidro y veo retransmisiones de televisión. Como es una feria tan larga y siempre hay una excusa para ir a la capital, se hace coincidir con una corrida al gusto, y eso que sale uno ganando.
Ver toros en Madrid se me hace difícil. Allí la mayoría de la gente está predispuesta a pasarlo mal. Todo le parece criticable, “los toros son impresentables, los toreros unos listos que torean con el pico sin exponer y que vienen a llevarse el dinero, la prensa no tiene ni idea, el presidente un ignorante” y ellos, ellos parecen unos estresados cargados de problemas y que no paran de hablar.
Hay muchas diferencias entre Madrid y Sevilla, una de ellas es que mientras en Sevilla no menos de un 20% de los espectadores es, ha sido o tiene algo que ver con profesionales del toro en Madrid no llegará al 1%. Quiero decir que el público de Sevilla es más entendido. Otra diferencia es la repercusión, en eso Madrid nos gana por goleada. Toda la prensa está en Madrid, todos los medios y todo lo que pasa, allí tiene una repercusión enorme.
Lo de Morante con la capa del otro día es un claro ejemplo. Que estuvo genial, nadie lo pone en duda, y todos los adjetivos que ustedes le quieran poner yo los suscribo, a mi me encantó y eso que lo vi por televisión. Pero de ahí a ponerlo en los altares como si hubiera inventado las verónicas, va un trecho. Las calificaciones de tarde histórica para recordar con el paso de los siglos con que la califica la prensa, me parecen una exageración fruto de la desmedida de Madrid. ¿O es que ustedes no habían visto torear a la verónica antes? ¿No vieron a Curro Romero? Pues anda que no dejó Curro tardes para el recuerdo de los siglos.

