Un contertulio me ha pedido un artículo para opinar sobre el hecho de que Curro Vázquez, apoderado de Cayetano, se haya hecho cargo también de la temporada próxima de Morante de la Puebla.
En los albores de la temporada pasada, y a raíz de la concesión de la medalla de las bellas artes a Francisco Rivera Ordóñez, se desataron las hostilidades al criticar abiertamente Morante dicha concesión. Fue incluso motivo de que Cayetano vetara a Morante como compañero de terna. Ya escribimos un artículo en su día titulado “Riveras contra Morante”, al que me remito.
Muchos toreros son egoístas, muy egoístas, y sólo miran por ellos. Con la incontestable excusa de que ellos son los que se juegan la vida y, por tanto, los que mandan, toman a veces decisiones que desde fuera son difíciles de comprender. Tomen como ejemplo la decisión de Daniel Luque que, después de matar para entrenarse gran parte de la camada de su apoderado González de Caldas según cuentan, y de que este le planificara una temporada colocándolo en todas las ferias como una figura que todavía no es, cambia de apoderado antes de terminar esta y lo deja en la estacada.
Morante tiene, además, digamos una “personalidad difícil” para la que no tenemos respuesta apropiada. Soy muy respetuoso con todas las posibles vicisitudes que pasan por la cabeza de alguien, y mientras más grave es el problema, más respetuoso soy. Si a un torero le dan una cornada, lo operan, leemos el parte facultativo, hacemos como que nos hemos enterado, y a esperar su recuperación. Pero si nos hablan de crisis de ansiedad, bipolaridad, delirios, visiones, etc., ni lo entendemos ni tenemos respuesta a un problema muy real.
Las razones y circunstancias de las negociaciones de este nuevo apoderamiento las desconozco, ni sé de quién partió la idea; si sé que el “fisio” que tenía a Morante en forma antes de la cornada de El Puerto es el mismo que antes trataba a Cayetano. Personalmente creo que Morante ha acertado, que Curro Vázquez conoce el mundo del toro y lo puede ayudar en que se centre, también creo que Cayetano ha estado generoso en cederle parte del tiempo de su apoderado, y también creo que todas las partes habrán pensado que algo saldrán ganando con este acuerdo, y cuando digo algo, digo dinero. Son dos toreros que casan bien en el mismo cartel.
Personalmente no me gustan los “multiapoderamientos”, porque al final el apoderado acaba metiendo a todos sus toreros como un «paquete » en una feria, en la que, si se negociara por méritos individuales, uno a uno, puede que muchos no hubieran entrado. ¿A que tenemos muchos ejemplos?