El hecho de que el matador José Mª Manzanares haya tenido que cortar la temporada por lesión ha descabalgado los carteles de las ferias que estaban ya anunciadas. De todos es sabido que los toreros temen mucho más las lesiones óseas que las cornadas, por muy fuertes que estas sean y Manzanares ha tenido muy mala suerte con este tipo de lesiones (que le pregunten por el calvario que pasó y está pasando con los ligamentos de la otra mano).
En lo que más cerca nos toca, se han desecho los “mano a mano” de Huelva y El Puerto y está por ver su comparecencia en Sevilla por San Miguel. La cosa se perfila tan larga que ha dado a su magnifica cuadrilla, libertad de contratación para lo que queda de temporada, cosa también difícil al estar en el grupo especial.
Los “mano a mano”, siempre se han planteado cuando dos toreros tenían rivalidad por cualquier circunstancia, pero ahora se anuncian como una novedad en los carteles, en esta temporada en que tantos problemas de público se plantean. Hacer un abono a base de estos festejos es, cuanto menos, contrario a la tradición. Por ello las sustituciones, con ser siempre difíciles, son posibles, porque los carteles son artificiales. Para Huelva se habla de Talavante, que está haciendo una magnífica temporada. Para El Puerto es más complicado ya que los posibles sustitutos de categoría, tienen festejos ese día, por lo que se habla en los mentideros de abrir el cartel a terna. Ya veremos cuando sean oficiales.
Lo que es cierto es la bajada de festejos y, en general, de espectadores que se están dando este año, fundamentalmente, por la crisis. Anoche escuchaba en Canal Sur a D. Carlos Núñez hablar de los desmesurados costes de montar los festejos menores como las novilladas, a los que habrá que añadir el IVA que pasará del reducido 8% al 21% a partir del 1 de septiembre. Así es muy difícil rentabilizar este tipo de festejos. Por la que están pasando los ganaderos de bravo merece otro capítulo aparte.
Nadie tiene la solución, y si alguien la tiene que la diga, pero parece que los profesionales han optado por un prudente “cuerpo a tierra” y esperar que esto de la crisis amaine. Pero “esto” va a peor día a día, nadie sabe dónde y cuándo va a parar y, lo que es peor, cómo va a parar si es que alguna vez lo hace. Lo cierto es que la percepción que tenemos es que nunca volveremos a vivir como vivíamos y bueno será que los profesionales del toro se vayan preparando para un nuevo escenario, que esperemos que, al menos, lo haya.
