Como viene siendo habitual en los últimos años, el grupo de vecinos (y vecinas) de abono del tendido 2, responsable de estos artículos, nos hemos venido a la Cervecería Internacional de tertulia taurina. Entre cervezas, al gusto de cada cual, y la incuestionable tapita de ensaladilla, hemos comentado la tarde de hoy, en busca de un titular a la infumable mansada de Gavira, y, claro, nos ha salido acorde con el sitio, un titular con su toque etílico.
Queremos decir que es imposible que tres toreros con ganas puedan estar bien con unos toros que no lo quieren. La corrida de Gavira ha sido mansa, algunos con pocas fuerzas y todos de imposible lucimiento. Varios han sido cinqueños muy largos, y esto lo estamos viendo en varias corridas en esta feria. Debe ser por la de toros que se quedaron en el campo el año pasado y quizás esos toros, con un año menos y menos kilos encima puedan servir, pero en estas circunstancias no. De ahí que este hierro obtenga buenos resultados en plazas de segunda y, supongo que por eso, le gusta a Morante.
Morante pasaportó pronto a su primer manso y lo intentó con su segundo toro, algo brusco. Talavante, vestido de un verde horroroso burdamente bordado, tiene a la plaza con él. Con su segundo se hartó de pegarle naturales, uno a uno, en la puerta de chiqueros ante el jolgorio de la solanera. La música arrancó a tocar a la décima serie al manso ¿Se lo pueden creer? Y después de un desarme siguió tocando, cuando a Bolívar se la cortó en medio de una serie. Esto está pasando de castaño oscuro. Estamos perdiendo el criterio y los papeles.
A Luque se le ha pasado otra de las 19 corridas que decía que le faltaban para ser figura. No se puede ser figura cuando un manso arrea al picador y el matador le riñe ostensiblemente para que levante el palo, sin él hacer nada para sacar al toro del caballo del apurado picador.
También hemos comentado lo mal que han lidiado los subalternos a los mansos. Sólo Mariano de la Viña ha estado en torero y el público así se lo ha reconocido con una cerrada ovación.
Otra corrida aburrida. Esperábamos lluvia pero la luz ha vuelto a los tendidos y hoy en vez de contabilidad hemos hablado de historia, mucho más agradable, qué les voy a contar.