Cuando salieron los carteles del abono sevillano, a este mano a mano entre Miguel Ángel Perera y Daniel Luque, no le encontramos mucho sentido. Parecía un poco artificial. Un mano a mano se da cuando hay rivalidad entre los dos matadores (y no parece éste el caso), o por otras circunstancias especiales, como el reto de Morante a El Cid el año pasado con los Victorinos, con los que el de Salteras labró su fama. Pero mi vecino de atrás nos ha sacado de la duda, era una corrida de promoción, similar a esos partidos de futbol en que entre dos equipos se decide si mantienen sus categorías o se las cambian, bajando el que pierde y subiendo el que gana. En este caso era Luque el que retaba la categoría de Perera. A raíz de los resultados finales, más bien parecía una corrida de promoción a segunda, porque hasta el árbitro (en este caso el Sr. Presidente) parecía de segunda categoría.
Ni los toros, ni los toreros han terminado de funcionar. Los dos primeros han sido chicos, y, en general, la corrida ha tenido poca fuerza. El quinto fue devuelto, el cuarto no lo fue de milagro y el sexto, mejor lo hubieran cambiado, hasta se echó durante la faena. Pero se han dejado torear y el tercero era un gran toro.
Los toreros como si no estuviesen. Se han dejado ir la corrida completa. A Perera se le ha visto con ganas y ha estado variado en quites, pero a su segundo toro, hace dos años, le corta las orejas. El toro repetía con codicia y temperamento, no lo templó en la primera tanda con la derecha y por la izquierda no pudo con él. Era un toro para no dudarle. La plaza entendió que ahí había más toro y se enfadó con el torero.
Luque, en su línea, como en toda esta Feria, sin sitio y desconocido. También ha aparentado tener más ganas, pero se ha vuelto a perder entre enganchones y dudas. No ha justificado, de ninguna manera, sus cuatro tardes en el abono sevillano, y así se lo han hecho ver en el ruedo. De su paso por la Feria ha perdido 3 de las 19 corridas que, decía que le faltaban, para ser figura. Esperamos que se haya replanteado esa afirmación.
Al final empate. Pitos de despedida para los dos contendientes, que se quedan en las mismas categorías, pero con menos cartel.