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Abono Sevilla 2018

Impresentable moruchada

Tarde de máxima expectación. No hay billetes en las taquillas. Demasiados meses sin toros en Sevilla. Cartel con atractivos, el regreso de Morante después de no haber estado en la Feria de Abril, la presencia del revolucionario Roca Rey y la despedida en Sevilla de Padilla. Todo se vino al traste por la impresentable moruchada que trajo hoy Matilla a Sevilla. Mal presentada, mansos y descastados, impropios de una plaza como Sevilla. Solo espero no tener que verlos más.

El público recibió de forma muy cariñosa a Padilla, ovacionándolo con fuerza después de romper el paseíllo que hizo que saludara desde los medios, sin participar a sus compañeros de terna. Supongo que lo tenían pactado. Tomó la muleta y se puso de rodillas, pero fue para nada. El primer morucho no tenía nada dentro. En su segundo, su último toro en Sevilla, la banda tuvo el detalle de empezar a tocar antes de su primer pase y aguantó toda la faena así. Faena, que en otras condiciones no pasaría de las palmas, se convirtió en una oreja como premio a su trayectoria. Su vuelta al ruedo, con el consabido numerito de las banderas, duró mucho más que la faena.

A Morante se le ha visto muy dispuesto y muy torero. A su primer toro, manso y descastado, como toda la corrida, lo trasteó con torería. Su segundo nos hizo albergar alguna esperanza de salir del tedio porque embistió la primera serie, pero cantó la gallina y se puso a huir del torero como manso de carreta. Hasta dos vueltas al ruedo dio huyendo antes de que Morante lo pasaportara de forma eficaz.

El tercer manso de Matilla se lesionó la mano en la primera tanda que Roca le dio de rodillas. A matar. El sexto lo devolvieron por malo porque no aparentaba ninguna invalidez y salió otro igual de malo, descastado, manso y sin gracia ninguna. Roca se esmeró y levantó al público con unas bernardinas de las suyas cambiando el viaje del toro. Media y oreja de poco peso ante el hastío generalizado.

Lo mejor de la tarde, un aficionado de Sol que el último toro gritó desesperado un ¡Viva Matilla!

Mañana otra vez Morante, las esperanzas no se pierden porque se le ve muy dispuesto y con ganas. Y si fuera mañana …

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Roca Rey pone a Ponce de rodillas. La Fiesta sale ganando

La plaza de toros de Albacete se llenó para ver a dos figuras hace tiempo consagradas, Enrique Ponce y El Juli, con la nueva figura, Roca Rey, frente a toros de Daniel Ruiz. Un cartel muy atractivo donde el torero joven que viene arrasando esta temporada cada tarde que se viste de luces, se enfrentaba en competencia con las dos figuras que se han mantenido en el escalafón desde hace mucho tiempo. Ponce tenía que demostrar que sigue siendo el maestro de siempre y El Juli no dejarse pisar el terreno por nadie.

En los dos primeros toros no pasó nada interesante, pero en el tercero Roca Rey puso aquello boca abajo. Desde unas templadas verónicas, con su típico arranque de faena pasándose al toro por detrás, ya mucho más depurado sin torcer la figura, hasta los adornos con una inverosímiles bernardinas cambiando el viaje del toro en el último memento. En la faena, muletazos profundos por los dos pitones, destacando un cambio de mano que se convirtió en un natural sublime haciendo que toro girase por completo alrededor del torero. Sólo ese pase valía la corrida. Estocada, locura y dos orejas.

Foto. Arjona para aplausos.es

Ponce salió en el cuarto como debe de salir una figura consagrada, a no dejarse pisar el terreno por los que empiezan. Ante un toro soso, sin casta ni fuerza, hizo una faena de las suyas, cuidándolo y metiéndolo en el canasto a base de sobarlo. Pero como aquello no se arrebataba, hincó las rodillas en tierra, como uno que empieza y así terminó su faena. Entonces aquello sí se arrebató. Estocada y dos orejas. Bravo por Ponce.

PD. Como vi la corrida por televisión esto no es una crónica, solo un comentario sobre la misma

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Ronda y su Goyesca

La cuidad de Ronda se vuelca con su Goyesca y la Goyesca se vuelca con su cuidad. Desde por la mañana los visitantes lo llenan todo y los lugareños se echan a la calle contagiados del bullicio. Ignoro los habitantes de Ronda que van a los toros, pero me imagino que están en franca minoría, ellos viven la corrida desde fuera, como el acontecimiento del año. Hoteles, restaurantes, bares y calles abarrotadas para ver el desfile de las cuadrillas en coche de caballos hasta la plaza.

La plaza, que pasa por la más cara del mundo (mi entrada de fila uno de sombra alta me costó 155€) se lleno de “No hay billetes”, coincidiendo con una terna atractiva y con que el primer sábado de septiembre se empalmaba con las vacaciones de agosto. Según nos comentaron, se está barajando la posibilidad de cambiar las fechas de su feria al último fin de semana de agosto para aprovechar el tirón de os que están de vacaciones. Total, si se han cambiado las fechas de la Feria de Abril, nada nos puede extrañar.

Morante de la Puebla cuida el detalle y la liturgia de la fiesta al detalle. Ayer se presentó con un original vestido, en distintos tonos de beige, inspirado en el de los antiguos bandoleros de la Serranía, con unas taleguillas sin ajustar y larga madroñera, que hacía un conjunto armonioso y digno de admirar. Nuestra enhorabuena al torero, a la diseñadora y a cuantos artesanos han trabajado en él. Lo acompañaba de un capote de seda “rosa empolvao” nos dijeron, con el que paró su primer toro en clásicas verónicas.

La corrida de Juan Pedro Domecq, fue muy desigual de presentación y de comportamiento, predominando la falta de fuerzas, de poder y de raza. El comienzo de retrasó 20 minutos porque Cayetano estaba en la enfermería. El primero de Morante, con poca fuerza, fue noble en la muleta y la faena se llenó de arte y torería. Los pinchazos se llevaron los trofeos. Sin fuerzas y a la defensiva el incierto cuarto, en el que Morante hizo un esfuerzo por ambos pitones logrando pasajes de calidad. Mató de estocada desprendida y le pidieron infructuosamente la oreja.

Cayetano se encontró con un segundo de mucha nobleza y calidad en la muleta, y al que toreó a placer, pero muy despegado. La faena tuvo más fachada, de desplantes y gestos a favor del público, que calidad. Mató de una estocada trasera recibiendo y le dieron las dos orejas. El encastado quinto fue el más toro de la corrida. La faena de Cayetano irregular, despidiendo al toro hacia fuera, y donde los aplausos más sinceros se los llevó la banda de música por una floreada interpretación de “La Concha Flamenca”. Mató de media tendida.

Rora Rey está en un momento que impresiona a todos los públicos. Se pone en el sitio que todos los toros tienen por fuerza que embestir, y ni rectifica ni se mueve. Así viene saliendo a triunfo por tarde. El tercero tenía muy pocas fuerzas y apenas los picaron. Pero se vino arriba con clase en la muleta. La faena de Roca asustó por quietud y cercanías. Estocada desprendida y dos orejas. El último fue un toro difícil que solo tiraba gañafones, cabezazos y “giñás”. Roca de la jugó a base de quietud, pero también de tirar del toro sin moverse un ápice. Mató de media y le dieron una oreja. Indiscutible triunfador.

Mención aparte merece el piso de la magnífica e histórica plaza de toros de la Maestranza de Ronda. En la parte de contra querencia parecía una playa, irregular y llena de desniveles, hasta un caballo se cayó él solo de un traspiés antes de que llegara el toro. Moránte también pisó un agujero y cayó en la cara del toro, que hizo por él y a punto estuvo de costarle un disgusto. Y Sánchez Araujo perdió una zapatilla perseguido por el toro después de un quite. Tan magnífico evento, en ese marco histórico, merece la perfección en todos los detalles.

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Fracaso del toro de las figuras

No se líen ustedes con los nombres de las ganaderías de Hnos. García Jiménez, Olga Jiménez y Peña de Francia que se anunciaba el viernes, esto es “lo de Matilla”, que piden las figuras o impone el poderoso taurino. En cualquier caso, un toro hecho para la tauromaquia actual de las figuras modernas. El ganado fue un fracaso absoluto, descastados, sosos y aburridos, mansos, rajados y sin ninguna emoción, propiciaron un tostón de casi tres horas que encima tuvimos que aguantar bajo un frio de enero.

Y después la presentación, varios de aspecto anovillado, dos con edad justita, tan justita que alguno era novillo de verdad el Domingo de Resurrección, no se entiende como fueron aprobados varios de estos animales. Encima, el lote de Roca Rey fue devuelto, su primero por descoordinado, y su segundo, suponemos que por su pobre presentación, porque por más que le pegaron en el caballo y los subalternos le bajaron las telas, no consiguieron que doblara las manos. Salió un sobrero de Torrestrella al que se le debió pegar la condición de sus vecinos de corrales, porque salió igual de soso.

Si después de esto leen que Alejandro Talavante cortó una oreja, será porque, según la vertiente triunfalista, hay que cortar orejas en todas las corridas, y de momento lo estamos consiguiendo en los festejos del abono que llevamos. Pero es una oreja que no vamos a recordar.

Los únicos que de verdad brillaron ayer fueron las cuadrillas, con Curro Javier pareando de forma soberana y jugándose la vida hasta el punto de ser alcanzado en su segundo par, por el que sonó la música. También destacaron Javier Ambel, Valentín Luján, Juan José Trujillo o Juan José Domínguez.

Lo que les decía, un tostón. Esperemos que esta tarde los victorinos ofrezcan la emoción que nos faltó el viernes.

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Abono Sevilla 2018

Ferrera y Roca iluminan Resurrección

Para un sevillano la corrida del Domingo de Resurrección es la más importante del año, la que nos hace reencontrarnos con La Maestranza después de mucho tiempo. Siempre fue el mejor cartel de la temporada. Desde los tiempos en que Curro le daba prestancia y señorío al día, hemos visto careles siempre de figuras. Últimamente era Morante, tan del gusto sevillano, el que abría el día, pero este año, al pretender hacer una temporada tan peculiar como la que tiene planificada, nos quedamos sin su presencia. La empresa, en vez de traer a las figuras consagradas, trajo a los triunfadores de la temporada pasada, que además son de su órbita, Ferrera y Roca Rey, y lo completó con Manzanares, un fijo en los últimos años. El cartel, a la vista del “no hay billetes” resultó todo un éxito.

Pero la primera en la frente. Los toros de Victoriano del Río y de Cortés, fueron siendo rechazados en el reconocimiento, hasta nueve por lo que leímos (que por cierto ya no poner el parte en la Puerta del Príncipe), y se fue completando como se pudo, en algún caso, con la benevolencia de la presidencia, porque el último que saltó a la arena hoy, con cuatro años recién cumplidos y de muy pobre presencia, no habría pasado en otras circunstancias. Su juego fue muy variado, alguno se movió con clase, como el tercero, el segundo fue bien al caballo, alguno encastado, y otros se querían rajar, o se rajaron, como el último.

Antonio Ferrera con su primero no se entendió, pero en su segundo vimos al Ferrera de la temporada pasada, centrado, variado y con un toreo clásico que gusta. Faena superior, muy jaleada por el público, pero al que la espada y el descabello enfrió hasta el punto de que la petición no fue mayoritaria. No hemos visto a Manzanares a la altura de las circunstancias hoy. Su primero era un toro encastado que se vencía por el derecho, al que no le cogió el aire, y que le propinó un volteretón para meterlo en la enfermería. Ese toro tenía otra faena. Su segundo bajó la nota del festejo, fue el peor y no se vio al torero a gusto en ningún momento. Debía estar resentido del percance porque en el último ni salió del callejón en banderillas, y delegó su labor al subalterno.

Roca Rey es el torero joven que más expectación levanta. Sabemos que cuando torea algo va a pasar porque sale a por todas y no se mueve un ápice de donde se coloca y que son sitios comprometidos. Su labor en el primero fue de mucho mérito, con una gran faena de muletazos largos y templados. El toro tardó mucho en caer y el premio se quedó en una oreja. El último del encierro, chico y feo, que habían traído esta mañana, se rajó desde el principio y solo pudo arrimarse. Este toro no debió brindarlo al público, primero porque no lo valía y, sobre todo, porque ya nos había brindado el primero.

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Abono Sevilla 2017

Unos arrebatados naturales de Talavante

Alejandro Talavante ha hecho lo de más valor de la segunda tarde de San Miguel en Sevilla, unos arrebatados naturales a su primero. Citando cruzado y muy de frente, y rematando detrás de la cadera, recodaba mucho al inconfundible toreo al natural del maestro Emilio Muñoz. Templados y profundos, toda la faena se basó en la mano izquierda. Pero cuando las dos orejas estaban en la mente de todos, se puso a pinchar como si no hubiera un mañana. Su segundo tenía una embestida más irregular. Toro algo parado y tardón, como alguno de sus hermanos, y la faena se basó esta vez en la derecha. No quiso fallar con los aceros y se tiró a matar a ley, siendo dramáticamente prendido. Lo tuvo el toro en el aire, entre los pitones, unos momentos interminables, pero, afortunadamente, no tuvo las consecuencias temidas. Una oreja y petición de la segunda por el momento emotivo que, esta vez y con buen criterio, el presidente no concedió. El que mató en sustitución del herido Serna, manseó en los primeros tercios y decidió no embestir en el último.

Rafael Serna, tomó la alternativa, de blanco y oro, como manda la tradición. Le correspondió el mejor toro del encierro, el único aplaudido en el arrastre, pero la larga faena de muchos pases, no pasó a mayores. Al entrar a matar, dejó una estocada, pero fue prendido y corneado en la axila derecha. Cornada grave, con destrozos en tan delicada zona. Lo sentimos mucho y le deseamos una pronta y total recuperación. Roca Rey pechó con un lote deslucido, sin muchas ganas de embestir. Su conocido repertorio de quietud no pudo tomar altura.

La corrida de tres hierros: Hnos. García Jiménez, Olga Jiménez y Peña de Francia, que todos conocen por «lo de Matilla», estuvo bien presentada, primero bueno y segundo aprovechable. El resto, el que no fue deslucido, fue soso, manso, o no quiso embestir.

Comentábamos a la entrada los rumores de si habría corrida el día doce de octubre. Unos decían que si Ferrera, otros que si rejones. El clarinero no ha sacado de dudas en el último cambio de tercio, con un clarinazo floreado. Se acabó la temporada.

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Abono Sevilla 2017

Roca Rey viene a quedarse

Roca Rey ya salió a hombros por la Puerta Principal de la plaza de toros de Sevilla de novillero. Recuerdo verlo salir cojeando a duras penas de la enfermería exclusivamente para salir a hombros, y con solo ese gesto ya demostró que quería ser figura del toreo. Ayer le correspondió un toro de esos magníficos “mansitos” actuales, al que tuvo que hacer faena en la puerta de chiqueros, pero que rompió a embestir con clase y profundidad. Roca planteó la faena con la misma profundidad que exigía el toro y le salió redonda, dos orejas y el público entregado esperando para sacarlo por la Puerta del Príncipe. Lamentablemente, en el sexto toro empezó a llover y muchos visitantes no preparados, empezaron a abandonar los tendidos desluciendo la faena, que no había tomado vuelos, pero que de matar le hubieran abierto la ansiada puerta. Desgraciadamente se tuvo que volver a ir por la Puerta Principal, pero con la convicción de todos de que tenemos figura para mover todo el escalafón.

El toro bravo le tocó a Castella. Le embistió por abajo como para hacer cinco carteles de toros, y el torero pudo disfrutar como nunca en Sevilla. La lástima fue que la estocada cayó algo trasera y necesitó usar varias veces el descabello. El presidente, frustrado por no poder sacar los pañuelos blancos, optó por el azul para dar una vuelta al ruedo al toro, que habían pedido tres personas. Que no digo que no se mereciera, pero también hemos tenido otros toros de Torrestrella o de Victorino igualmente bravos, a los que no se les premió con semejante honor.

Por cierto, ya que vimos una lenta vuelta de las mulillas, cabe preguntarse qué pasa con el tiro de mulas este año. De unos alegres arrastres al galope sonando los cascabeles, hemos pasado a unos tristes al paso y con algunos fallos de enganche, además.

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Abono Sevilla 2017

La primera en la frente

Voy a escribir algo de la corrida del Domingo de Resurrección por disciplina no porque tenga nada que decir, ya que nada pasó.

Para el aficionado sevillano el Domingo de Resurrección es el día más importante de la temporada. El día que estrenamos plaza e ilusiones, que saludamos a los amigos y vecinos que no vemos desde el anterior septiembre, y que nos felicitamos de seguir teniendo salud, dinero y afición para volver a los toros. Pero la corrida de Núñez del Cuvillo acabó con todas las ilusiones. Descastada, sin poder, sin alma, sin emoción y aburrida. Eso sí noble y obediente, por eso la piden las figuras. Llama la atención que esta ganadería que el año pasado lidió 12 toros seguidos, de los que sirvieron 11, este año de los seis, nada de nada. Desde el manso y descastado primero, hasta el descompuesto sexto, pasó muy poco.

A Morante lo hemos visto muy centrado, intentando lidiar a sus dos toros y enseñándoles el camino. Una media inconmensurable quedó para el recuerdo. Creo que a poco que le ayuden los toros está dispuesto. Manzanares lidió el único medio potable con su estilo despegado, en diagonal y estético, pero no cuajó. Roca necesita un toro con motor para demostrar su toreo, pero no movió los pies del sitio que elegía en toda la tarde. Aquí me pongo y aquí te lo doy, sea como fuere.

La única buena noticia el lleno de no hay billetes.

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Abono Sevilla 2016

El triunfalismo gana terreno

Ayer terminó la maratón de 12 toros consecutivos de Núñez del Cuvillo. Si nos atenemos al resultado, cinco orejas, podemos pensar que ha sido un éxito, pero dentro de unos días sólo vamos a recordar algunos muletazos de Morante y las ganas de agradar de los toreros.

Comentábamos en el tendido como poco a poco se va imponiendo la faena moderna. Cada vez vemos menos toreo clásico de verónicas, derechazos y naturales. Suponemos que por la falta de casta y movilidad del toro actual, se ha ido imponiendo el toreo de cercanías, el “arrimón” que dicen ahora. Lo que antes era un recurso se ha convertido en la faena normal, que empieza con uno o varios pases cambiados por la espalda, y se basa en cambios de mano, pases cambiados con el pico de la muleta, circulares invertidos, bernardinas, etc., en faenas larguísimas.

Como era de esperar un viernes de farolillos, un público festivo premió en exceso a los toreros. Que le den una oreja a Roca Rey después de una faena en la que hubo casi tantos pases por la espalda como de frente, y después de un bajonazo, sólo puede pasar si todos hemos perdido el norte de la medida. No le quitamos mérito al matador, porque ese toreo es igual de peligroso o más que el clásico. Cuando hay bravura y verdad en el ruedo, todos nos ponemos de acuerdo. Cuando lo que hay es valor a raudales y recursos, se podrán dar orejas, pero no es lo mismo.

El Juli no se ha querido dejar ganar la pelea después de que sus compañeros de cartel hubieran cortado oreja, y salió a por todas en su segundo, un toro al que le costaba mucho pasar. Tuvo que tirar de los comentados recursos del toreo moderno, hasta que resultó empitonado y herido. Pero pudo matar el toro antes de pasar a la enfermería. Con esto de las largas faenas moderna, la música arrancó a tocar cuando el diestro iba ya por la espada de matar, otro desatino.

Morante ha esperado al último de sus ocho toros para triunfar. Ha dado derechazos con la profundidad y torería que sólo pueden dar los elegidos, emocionando a toda la plaza. El triunfalismo ha hecho que le den dos orejas, en un toro que no toreó de capa, con una faena pase a pase, sin que el toro le permitiera ligar, y con una estocada un punto caída. Si estos son los nuevos derroteros del toreo nos tendremos que ir acostumbrando.

@isanchezmejias

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Abono Sevilla 2016

¡Viva el Rey, su hija y su nieta!

Ayer tuvimos la fortuna de que la Familia Real aficionada a los toros se acercara a La Maestranza. El Rey, su hija y su nieta, honraron con su presencia la plaza de toros de Sevilla, en un gesto que los aficionados sabemos agradecer y valorar en los tiempos que corren. Cuando los lobbies pagados por las multinacionales de la industria de las mascotas nos llaman asesinos, maltratadores y otras lindezas, tenemos que agradecer que hoy seamos noticia cultural de primera página gracias a la presencia de la Familia Real en los toros.

Los toros, ¡Ya quisiéramos haber tenido toros! Previamente a la corrida, en las tertulias taurinas del “Groucho”, hablaba el ganadero de la ilusión que tenía puesta en la corrida, en cómo había escogido a los toros, en cómo los había movido para que llegaran a Sevilla en las mejores condiciones. Pero el hombre propone, y ya saben ustedes. Los otrora toros artistas, tuvieron poco de toro bravo y menos de artistas. Sin fuerzas ni alma, perdiendo las manos en muchos momentos, pero muy nobles y obediente, eso sí. Fíjense cómo será la cosa que el triunfador de la tarde fue un Enrique Ponce, un señor con 26 años de alternativa, que hace sus faenas de la barrera a la primera raya de picadores y que si la pasa, jamás pisará la segunda. Su primer toro supongo que no le daba miedo ni a él. Le cortó la oreja después de una faena pulcra y carente de emoción. Su segundo perdía las manos en cada lance, y ni Ponce, que pasa por ser de los mejores enfermeros del escalafón, pudo mantenerlo en pie y se lo devolvieron.

Por decir algo positivo el quinto pareció hacer buena pelea en varas, siendo muy aplaudido “Chocotate”, pero salía suelto de los caballos. Rafael Rosas y Luis Blázquez completaron un tercio de banderillas de categoría.

Roca Rey nos ha defraudado en parte. Cierto que los toros eran imposibles, pero no lo hemos visto ni tan seguro ni tan clarividente como otras veces. Al sexto lo llevó garbosamente galleando al caballo y cuando parecía que podía haber faena, le pegó un muletazo moderno por la espalda, sin venir a cuento, que derrumbó al toro, y ya se le paró. Intentó el arrimón ante un toro parado y moribundo, hasta que le echó mano, afortunadamente sin consecuencias.

@isanchezmejias