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Abono Sevilla 2013

Nadie pudo con el frío

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Supongo que la del domingo será la climatología para ver toros a finales de abril en Valladolid, pongo por caso, pero no en Sevilla. La plaza estaba aterida de un frío sobrevenido en las últimas horas que, no por avisado, nos cogió desprevenidos. Con ese ambiente frío y ventoso era difícil triunfar. Si lo ocurrido en el primer y segundo novillos, pasa en el cuarto y quinto de un día primaveral normal, estaríamos hablando de triunfos.

Los cinco novillos lidiados de Núñez del Cuvillo, fueron variados de presentación, capa y juego, destacando los dos primeros, que fueron nobles y largos a la muleta, con un quinto muy feo y con muy poca fuerza el que cerró plaza. La novillada había levantado la expectación de ver a tres diestros conocidos, los sevillanos Lama de Góngora y Juan Ortega, que ya habían triunfado en distinta medida en esta plaza y el valenciano Román, con triunfos en su tierra, con lo cual, y a pesar del clima, la entrada fue buena.

Ortega debió de triunfar con rotundidad en su primero. Hizo su toreo clásico pero, como ya he dicho, aquello, entre el viento y que era el primero, estaba difícil de calentar. Román estuvo en novillero con su primero, un bravo y repetidor novillo, toreó bien con la izquierda. El ansia de triunfo le hizo atropellar la razón al final de la faena, por lo que fue volteado dos veces, librándose de una cornada grade por lo gacho del novillo, sobre todo cuando se adornaba por bernardinas, esa suerte ahora de moda. El novillo le tiro dos cornadas a la barriga que no le calaron de milagro.

Lama estuvo con muchas ganas. Se ve que es un novillero distinto. A todo lo que hace le pone el sello de la personalidad. En su primero, un remiendo de Fuente del Rey, estuvo bien pero no acabó la cosa de funcionar y en su último Cuvillo, que apenas se tenía en pie, volvió a dar el mitin, esta vez descabellando. No sale reforzado del abono sevillano, después de las dos tardes que tenía, sale como un novillero más, cuando es un novillero distinto.

@isanchezmejias

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Abono Sevilla 2012

Infumables Montealtos

Desgraciadamente, la novillada de Montealto no dio muchas opciones de lucimiento a la terna de novilleros. Bien presentados y bonitos, pero descastados, mansotes, rajados, con poca fuerza, que unas veces embestían con clase y al siguiente pase con la cara por las nubes o, simplemente, por fuera de los engaños. Con ese material infumable, y puestos a elegir montes, más nos hubiera valido tener Montecristos, o mejor aun, un buen tinto de Montecillo.

La tradicional corrida del Corpus se ha quedado en novillada. Ya no podremos decir aquello de “las orejas de Curro en el Corpus del año tal”, ahora tendremos que decir, “recuerdo el debut con caballos de mengano en el Corpus”. A pesar de ser una terna de garantías poco pudimos ver en la tarde del jueves. A Sergio Flores se le notó un poco apagado. En su primero, como tardaba en matarlo después de pinchar, y ante un desagradable grito del gracioso de turno de “¿Lo vas a matar hoy?” se tiró a por todas siendo prendido por el pecho de fea manera. Memos mal que no pasó a mayores. Rafael Cerro tiene hechuras y maneras de torero, y fue el que mejor sabor de boca dejó. Juan Ortega, que se presentaba en Sevilla, poco pudo hacer.

Lo indignante de la tarde estuvo fuera de la plaza. Saben ustedes que no soy dado a hablar de los antitoro por no darles una cancha que no se merecen, pero lo del jueves pasó de castaño oscuro. 12 mamarrachos contados, 12, perfectamente alineados y pertrechados de pancartas y altavoz, pegados casi a la Puerta del Príncipe, gritando impunemente sus consignas, eso si, debidamente protegidos por 20 polis. Se veían que eran pagados, había hasta un chino, pero la cuestión es ¿Tenemos que soportar en nuestras narices que nos insulten? ¿No podía la poli haberlos puesto más lejos o simplemente no haber estado? Así nosotros si les podríamos haber dicho educadamente, que se pusieran más lejos a insultarnos. Los políticos, que más bajo no pueden caer, están a lo “políticamente correcto” y se aprovechan de  la educación de los aficionados a los toros. No me imagino esta molesta protesta en las narices de los cazadores en una montería, pongo por caso, o de los almonteños en el Rocío, por poner otro ejemplo. La libertad de expresión no puede pasar a ser libertad de incordio, porque además de esto, se pasaron los dos primeros novillos con los altavoces a tope molestando a los aficionados y a los profesionales. Menos mal que el presupuesto sólo dio para pagarles dos horas y, afortunadamente, nos dejaron en paz el resto de la tarde. Ruego una reflexión a los políticos (si es que esto es posible) y a los mandos policiales, para que futuras protestas, que son muy libres de hacerlas, no las protejan en nuestras narices.