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Espectáculo de Miura en Madrid

 

Ante el boicot de los cinco toreros a venir a Sevilla, este año hemos decidido priorizar nuestros viajes taurinos en el Toro. Así, fuimos a ver la “miurada” de Madrid, y ante los resultados del festejos, parece que hemos acertado.

Volvía Miura a Madrid después de casi una década, presencié esa última corrida y recuerdo que la cosa no salió bien, y para volver los ganaderos escogieron seis toros de imponente presentación. Todos aplaudidos de salida. Además salieron como suelen hacer estos toros, llenando la plaza entera con su sola presencia, aunque sea la plaza de Las Ventas, mirando a los tendidos, interesándose por los que se mueven en el callejón, amagando a los que les llaman. En suma son toros diferentes, por eso mantienen la expectación, y colgaron el cartel de no hay billetes para cerrar una feria de un mes.

La corrida fue un espectáculo de principio a fin con dos toros buenos, aplaudidos mayoritariamente en el arrastre, y uno extraordinario, para el que se pidió insistentemente la vuelta al ruedo, no concedida por una presidencia tan subjetiva como otras tardes.

Ese segundo toro «Zahonero» que bien podría ser el toro de la Feria. Tomó tres puyazos, arrancándose alegre desde lejos en los dos últimos. Impresionante y emocionante tercio de banderillas a cargo de los consagrados Adalid y Sánchez, y no cansó de embestir y de querer comerse la muleta. Lástima que Javier Castaño lleve año y medio viviendo de su excelente cuadrilla y no pudiera o no quisiera poder con él. Era un toro bravo para cambiar la temporada de cualquier torero que quisiera jugársela. Tercero y cuarto también fueron buenos toros, el tercero incluso noble, al que un Serafín Marín poco placeado no sacó lo que tenía dentro.

Lástima que al impresionantemente armado quinto tuvieran que devolverlo por claudicante, pero comentaron que lo habían tenido que traer en la misma mañana del festejo y que eso podría haber afectado sus condiciones. Al primero lo masacraron en el caballo y llegó desangrado a la muleta. El sexto fue un cárdeno claro enorme al que iban aplaudiendo en cada tendido que visitaba.

En resumen, un espectáculo de Miura de principio a fin, de una tarde de la que, aunque sin triunfos, todos salimos satisfechos. Miura, lo más cercano a la historia que tenemos en el Toro.

@isanchezmejias

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