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Dos Hermanas ¿Antitaurina?

Ayer me entere al leer en ABC la noticia de que la limítrofe población de Dos Hermanas había suspendido los festejos taurinos de su Feria de Mayo. Pero me quedé de piedra cuando me entero de que dan como justificación la crisis económica, aunque estén por detrás los antitaurinos, aplaudiendo y forzando a su ayuntamiento para que prohíban los festejos en el pueblo (eso de municipio es una división administrativa).

Que en San Sebastián de la Gomera (bello pueblo de Tenerife) o en Guils de Carnanya (precioso pueblo de Gerona), que no han visto nunca una verónica de Curro, estén prohibidos los toros no es de extrañar, pero ¡en Dos Hermanas!,  ¡que está aquí al lado!, que muchos de sus vecinos trabajan en Sevilla, y algunos de ellos son abonados, que los vemos en la Maestranza. ¿Qué van a hacer, entre otros aficionados, los hemanos Gallego con todos sus aceites, y Curro Benítez con todos sus muebles rústicos en la contribarrera del 2?.

El alcalde infinito de Dos Hermanas, el señor Toscano que vive de eso desde el 79 (¡30 años!), debe de ser buen alcalde porque sale reelegido siempre. Ahora parece que está preocupado por el paro y quiere contentar a sus vecinos con un brindis al sol; los parados de Cerámicas Bellavista pueden quedarse tranquilos de que en su pueblo no habrá toros este año. Fíjense si Sevilla y Dos Hernanas son hermanas (consiguiente perdón por la redundancia) que su señor alcalde y todos sus hermanos estudiaron en Sevilla en los Padres Blancos. Doy fe porque como eran tantos teníamos un Toscano en cada curso.

¡Vamos! esto es de chiste, como el de El Roto, animalista, que ilustra este comentario. Hace poco escuché a la Consejera de Gobernación de la Junta de Andalucía, Doña Clara Aguilera, una pública, clara y contundente defensa de la Fiesta, incluso tiene publicado un comunicado en la Web de la Junta de Andalucía del mes de diciembre pasado. No estaría mal que el alcalde infinito leyera, de vez en cuando, los comunicados de su dirigente regional.

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9 respuestas a «Dos Hermanas ¿Antitaurina?»

Afortunadamente. Hay que ser cínico para llamar Fiesta a un espectáculo de muerte. Con lo bella que es la vida y vosotros los taurinos no la apreciáis.

Si a ti, estimado Pablo, no eres partidario de la Fiesta Nacinal, te pregunto: Qué demonios haces en esta web? Mira esta columna:

LUÍS MARÍA ANSÓN
de la Real Academia Española

Diario «La Razón» 28-11-2004

Mi buen amigo Daniel J. Santos ha regresado exultante de Suiza. Tiene cuarenta años, bigote aznarizado, cejas de acento circunflejo a lo Zapatero, entradas que anticipan la calvicie total y una curva de la felicidad que le atormenta. Es alto, fuerte, suele disfrazarse de joven y habla con palabras deshuesadas y vivos ademanes de sus manos desdeñosas. Se fue a un río suizo que se estanca a pescar el lucio y consiguió la picada y captura de un pez de 129 centímetros, su récord personal. Utilizó caña Carpmaster Excel, con la que se especializó en ciprínidos en los territorios carperos. Pero asegura que le funcionó muy bien en su última aventura.

-De madrugada -me dijo- saltó la alarma. Salí como una exhalación de mi saco de dormir. El carrete chirriaba en la caña y el trípode apenas resistía los botes. Tomé el mando y ajusté el freno. El pez huía desgarrado por la potera, el anzuelo triple, como sabes, bien sujeto por una empatadura, anudada a base de kevlar. Me di cuenta enseguida de que la lucha iba a ser larga y dura.

Daniel Santos había cebado el agua con boilies. La mosca empleada en su caña era de cabeza metálica dorada, la seda de color oliva, la pata, riñonada de pardo aconchado y la brinca, de tinsel fino también dorado. Prescindió de la cucharilla giratoria. Usó como cebo tencas vivas. Se había pertrechado de esmerillones, mosquetones y quitavueltas para evitarse complicaciones.

-La lucha fue heroica -siguió contándome Daniel, entusiasmado consigo mismo-. Durante no menos de media hora el tira y afloja continuó. En un remolino de las aguas pude ver la cabeza del pez. Era un lucio, sin duda de gran tamaño y grueso perímetro. La emoción me los puso de corbata.

Prendido bárbaramente del anzuelo de acero, el pez sufría hasta la angustia, herido por tres lugares simultáneamente. El lucio no es un animal bravo que vuelve al castigo y se crece con él. Por el contrario, se trata sólo de un pez aterrorizado, claro está, por el punzante de acero del que no puede desprenderse. El dolor que el anzuelo triple produce en zona tan sensible como el paladar resulta indescriptible. Basta imaginarse a un toro vivo colgado de la boca por un enganche de hierro en una grúa de la construcción. El lucio, en fin, huía despavorido hasta que la sabia mano de Daniel, tras darle caña, tiraba con decisión y reducía la fuga, con atroces desgarros. Y así una y otra vez mientras los minutos transcurrían entre dolores terribles para el pez y euforia deportiva para el pescador.

-Por fin -se extasía Daniel- levanté al lucio. Era enorme. Apenas podía sujetarlo en el aire mientras coleaba. Pero yo había levantado la malla de la sacadora, para que el lucio no pudiera escapar.

La terrible agonía del pez entre coletazos y espasmos en el aire se acentuó con la asfixia. Los coletazos se fueron haciendo más débiles, los espasmos menos frecuentes. Los ojos saltones y atónitos se le vidriaban poco a poco. El desgarro en la boca era cada vez más estremecedor.

-Alargué el brazo -concluyó Daniel- Se había consumado mi gran victoria. Deposité al animal todavía agonizante sobre la moqueta de desenganche y me apresuré a desanzuelarlo, lo que resultó complicado porque la lucha había clavado fuertemente el metal en los labios y el paladar. Gracias al desembuchador pude al fin realizar la operación.

-Bueno -añadió eufórico-. Y aquí me tienes en esta fotografía con el lucio, que es mi máximo trofeo después de tantos años de pesca. Estoy que no me lo puedo creer.

Son muchos millones los pescadores que en los países más cultos de Europa, Suiza, Suecia, Noruega, Dinamarca, Francia, Italia, Holanda, Alemania, Inglaterra… dedican sus fines de semana a la pasión, un poco cruel, la verdad, de la pesca recreativa. Se comprende la captura masiva de peces para la alimentación general. Y serán muchos los que acepten, aunque con reparos, la belleza de la pesca deportiva o la recreativa. Pero, tras la conversación con Daniel y el relato de su hazaña, cada vez que un suizo, un sueco, un noruego, un danés critiquen las corridas de toros, espectáculo de arte y valor, de profundas raíces religiosas y populares y en muchos aspectos expresión cultural trascendente, contestaré:

-Mire usted, mi querido amigo, cuando prohíban en su país la pesca recreativa empezaremos a hablar de las corridas de toros que ustedes quieren que el Parlamento europeo condene.

Contemplé, en fin, a Daniel todavía emocionado tras su relato, héroe por cierto sin riesgo personal tan diferente al del torero en la plaza que, con sólo un trapo, se enfrenta a las dos furias astadas del toro bravo, y le dije:

-Me alegro de tu éxito, Daniel. Por cierto, tengo entradas para ver esta tarde en las Ventas al Juli. Es un torero de época. Te invito a que vengas conmigo.

-¿A los toros? -me contestó- ¿Cómo puede ir a los toros un hombre culto y sensible como tú? La corrida de toros es una salvajada

Cuándo salían los carteles de Servilla de los años 80´s existía un dicho que un primo mio y contertulio de este blog recordará y que rezaba algo así como: «No hay invierno sin verano ni feria sin campuzanos».

En Dos Hermanas se viene a decir algo similar, «No hay invierno sin Verano ni cacicada sin Toscano». En los Padres Blancos terminaría «… sin curso sin un Toscano» y así sucesivamente.

A vividores como Toscano y a to…. como el tal Pablo no deberíamos dedicarles ni un minuto.

Hablemos de toros Don Ignacio, le invito si me permite a que nos de su opinión sobre Esplá que ahora que se retira parece que fue el que inventó esto y no el compañero de Soro y Morenito de Maracay.

De acuerdo Desde el 4, hablaré de Esplá próximamente, pero antes le debo un comentario a Curro Romero, por todo lo que se dijo de él y de Morante en el anterior.

Como bien dice desde el cuatro, a toscani ni un minuto. Así mismo apoyo su moción para que hablemos de Esplá, y, por qué no de Curro Vazquez.

Hola, mi nombre es Leticia, y soy nacida en Dos Hermanas a pesar de que estube viviendo mucho tiempo fuera. Correr toros para entretenerse, torturarlos, matarlos, sólo puede ser alimento de personas crueles y malvadas. Ojala los prohibiesen en todos los lugares. Es más fácil explicar el porqué de una guerra que la presencia de público en las gradas de la plaza celebrando el dolor y la tortura.No hay palabra más triste que la palabra torero.
La iglesia catolica apoya. La gran mayoría de los taurinos son auténticos creyentes y convencidos cristianos. Yo no soy creyente, pero bueno, creo que si el infierno existe ha de ser para ellos.
Para aquellos que matan causando tanto dolor por dinero o incluso por placer… Para aquellos que viven de este negocio oscuro, los que crían toros que venderán para que sean masacrados públicamente… Para los que se enriquecen a costa del desprecio hacia la vida… Eso es todo.

Les había oído de todo a los antitoro, pero esto de condenarnos al infierno es novedoso para mí.
Lo del «negocio oscuro» supongo que solo será por los ganaderos que críen toros de capa negra en sus diversas tonalidades, porque en esto todo se hace a la luz del día. Por tanto, ensalcemos al berrendo que se salva de milagro (perdón, que voy al infierno), al colorao, al jabonero y al ensabanao, entre otros claro.

Hombre Leticia, hay gente mala en el mundo que no los toreros, cada día se cometen crímenes espeluznantes de gentes con cuellos muy blancos desde sus despachos ordenando atacar a civiles, o personas sin principios que de diversas formas abusan de niños, ancianos, mujeres, desvalidos, en fin que no voy a enumerar aquí la de barbaridades que se leen todos los días en los periódicos. Respeto tu sensibilidad por la vida, por cualquier vida, e imagino que tu militancia llega también a los mataderos de animales e intuyo igualmente que eres vegetariana, sólo así entendería tu crítica.
Por cierto, durante algunos años la Iglesia, allá por el XVIII, prohibió a los sacerdotes acudir a los toros y dicen que se vestían de paisano hasta los canónigos para asistir a los festejos, que por entonces se daban en la Plaza de San Francisco.

Me parece increíble que hoy en día aún existan «personas» (por suerte una minoría) que apoyan este macabro espectáculo de tortura y sufrimiento animal. Aunque lo más triste es ver como muchos de vosotros lleváis a niños pequeños a la plaza. ¿Que valor pretendéis enseñarles? ¿Cómo se invita a un niño a ir a una corrida de toros? «Mira cariño, hoy te llevaré a ver a un señor que le hace mucho daño a un animal» No creo que la primera vez que el pequeño vea esta salvajada exclame «ole». Enseñadle otras maneras de divertirse y sobretodo a que ame a los animales sin excepciones.
Desde Cataluña felicito a Dos Hermanas por no realizar (evito la palabra «celebrar») este acto cruel este año.
Y si pensais que no me gustan los toros os equivocais. Me encantan, son animales preciosos y nobles si se les respeta. El que merece todo mi rechazo es la persona que lo maltrata y toda la gente que le rodea para aplaudirle.

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