Los medios de comunicación de hoy han destacado el apoyo del Rey a los toros con su asistencia ayer a la Plaza de Toros de El Puerto de Santa María con motivo de la corrida conmemorativa del Bicentenario de la Constitución de las Cortes de Cádiz.
Hace años el padre y, sobre todo, la madre del Rey iban con asiduidad los toros. También su hija Doña Elena y él mismo, asistían a diversas corridas sin que fuera noticia de primera plana su apoyo a la Fiesta. Pero desde que estos señores que viven de nuestros impuestos vieron la corriente animalista que invadía a una parte de los que los tenían que votar, parece que ir a los toros no es políticamente correcto. No vimos a ZP, no vemos a Rajoy, ni siquiera al Presidente de la Junta, cuyo antecesor sí fue alguna vez. Casi todos le han dado la espalda temerosos de los votos que pudieran perder de verlos en los tendidos.
De forma que ver al Rey en una plaza fuera de Madrid es ahora noticia de primera página. Como aficionado agradezco su asistencia al mismo tiempo que denuncio la hipocresía de la clase política, que salvo honrosas excepciones, esconde su afición y hasta vota en contra de la existencia de las corridas de toros en algunos sitios de España.