Ayer almorzó en casa mi cuñado Eugenio Arévalo, cirujano jefe de la plaza de toros de Córdoba y nos contaba la intervención quirúrgica del torero Sergio Sanz, herido el día anterior. Siempre es bueno recordar estas cosas para guardar el respeto debido a todos los que pisan la arena con el toro vivo. Él es fiel seguidor de Finito, y venía a verlo. Al despedirnos le deseé suerte para su paisano y él a mí para esta colaboración, así que espero estar a la altura. Finito venia elegantemente vestido, según una vecina de abono que siempre se fija en esos detalles Esta vez estuvo más animoso, intentó torear a la verónica de salida y llevarse al toro para afuera, algo que todavía no hemos visto en todo lo que va de abono. Dicen en mi tendido que antes, la mayoría de los toros, se recibían a la verónica de salida y ahora casi ninguno. También intentó faena en su segundo.
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Fracaso ganadero
