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La Fundación del Toro de Lidia

Esta Fundación es el primer intento serio de aglutinar a “Todos” los que intervienen en el mundo del Toro, en la defensa de los intereses generales de la Fiesta. Hasta ahora habíamos tenido algunos intentos, como la Mesa del Toro, pero por diversas razones, siempre acabaron defendiendo intereses sectoriales.

2018 Fundacion TLAdemás, tiene una característica fundamental, la mantienen económicamente sus miembros, sean estos pertenecientes a su club de amigos o amigos benefactores, profesionales benefactores o mecenas protectores. Y aunque la cuota de Amigo sea casi testimonial, 50€ al año, ya sabemos que si algo cuesta el dinero, se considera como suyo y se esperan resultados.

Según sus estatutos, “La Fundación tiene como fin, fomentar, conservar, mejorar, defender, promover, divulgar el toro de lidia y la tauromaquia, como cultura y disciplina artística, en todos los ámbitos, aspecto material e inmaterial y sectores, facilitando y velando por el derecho de todos a su conocimiento acceso y libre ejercicio en todas sus manifestaciones.” Entiéndase defender el mundo del Toro de los ataques exteriores, que son muchos y devastadores.

Los aficionados, entre los que me incluyo, siempre hemos sido reacios a involucrarnos en este tipo de colectivos, por entender que la Fiesta la tenían que defender los que viven de ella, no los que la pagamos. Y todavía más reacios a tener que pagar otra vez por tener que defenderla. Pero, en el caso de la Fundación del Toro de Lidia, la cosa es distinta, porque trata de defendernos del enemigo exterior, no del enemigo interior, que también los hay y tan poderosos como los exteriores. En este sentido, hasta que no hemos entendido los fines globales de la Fundación no la hemos apoyado.

Hace unos días, en la Jornadas que cada año organiza la Cátedra Ignacio Sánchez Mejías de la Facultad de Comunicación, escuchamos al portavoz de la Fundación, el periodista Chapu Apaolaza, decir que el Toro era la última barrera que quieren derribar los prohibicionistas, los enemigos de la Libertad, y que si lo consiguieran, las demás vendrían después. Nos dirían qué tendríamos que leer, dónde y qué estudiar, en qué creer, etc. También se habló de los primeros éxitos jurídicos, en el sentido de condenas por insultos y actos contrarios al espectáculo.

El aficionado de a pie, cada vez que ocurre un atropello en el mundo del toro, entiéndanse pliegos no cubiertos, ferias suspendidas, actas por manipulación de astas, reses rechazadas, toreros vetados, ganaderías que van al matadero porque las figuras las rechazan, etc., preguntan en el “tuitendido”, que dónde está la Fundación para defender los intereses de los aficionados, y la respuesta es que la Fundación no está para esto. De los enemigos interiores tenemos que defendernos nosotros, la Fundación está para los exteriores, para los que quieren que desaparezca y que dejemos de tener problemas interiores. En la Jornadas que cité anteriormente, el portavoz exponía una metáfora a los alumnos de la Cátedra, indicando que la Fundación quería ser como un paraguas protector, como los bomberos de la ciudad, y que si había robos en la misma, para eso estaba la policía, lo cual no quería decir que los bomberos no condenaran los robos. Creo que los alumnos, y todos, entendimos lo que quería decir.

La fundación cuenta con una página web http://fundaciontorodelidia.org, donde se informa de los fines de la misma, su estructura organizativa, actualidad, defensa jurídica y otros. Desde esta tribuna, y sin estar involucrado en la Fundación, animo a los aficionados a apoyarla. Mientras más seamos, mejor nos defenderemos.

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