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Abono Sevilla 2008

La estética

¡Ya somos viernes! Con esta alegre frase nos saludaba un antiguo jefe americano en la multinacional en la que estuve trabajando varios años. Ayer para celebrarlo, unos cuantos vecinos del abono nos hemos venido a la Cervecería Internacional a comentar la corrida por si se nos ocurría algo que contar, porque ésta ha resultado tediosa. Allí entre cervezas, cada uno a su gusto, y tapitas de ensaladilla, en eso el gusto de todos ha coincidido, hemos hablado de la estética de los toreros de la terna de ayer.

Javier Conde tiene una estética recargada y barroca. El problema es que entiende su estética sin el toro, y claro, así es muy difícil estar bien. Comentaban que para él toro es como un elemento sobrante. Sin ir más lejos los mejores naturales los dibujó en el callejón, inspirándose, mientras agonizaba el primer toro de Talavante. A su primero le gastó las fuerzas hablándole, y tomando muchas precauciones. Con el segundo que era toro de dos orejas, codicioso y con nervio, no pudo, y se llevó una sonora pitada, rara en Sevilla.

Sebastián Castella entiende la estética de la quietud. Afortunadamente, en su concepción del toreo entra el toro, pero parece haber perdido la inspiración. Con el primero ni se cruzó ni se entendieron y con su segundo, que manseó y brindó al público, con el consabido paseo de ida y vuelta a los medios, que esta vez tuvo como colofón, además, una visita a las tablas a mojar la muleta, tampoco dijo nada. Por cierto, por estética taurina, este torero debería de pelarse porque está a un paso de la “melenita pasopalio”.

Con la estética de Talavante no llegamos a ponernos de acuerdo. Uno dijo que quizás es que no la tuviera o que no la ha encontrado, o que la ha perdido. Los toros le han enganchado los engaños mucho. La verdad es que este torero es una caricatura del Talavante que vimos el año pasado.

Comentamos que la corrida de Torrealta ha estado por encima de los toreros, que las cuadrillas han esta bien y eficaces en general, destacando los Molina en la de Castella y el buen puyazo al quinto.

Sobre el papel era un cartel de mucha expectación. Castella y Talavante juntos, han llenado la plaza, pero ha resultado un fiasco, insufrible. Qué diferencia con los victorinos de ayer.

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