A poco que hubieran embestido …
Afrontábamos la última corrida de la exitosa Feria de San Miguel, con el no hay billetes en las tres corridas, con la esperanza de ver una corrida en la que había muchos cimientos para una gran tarde: Un ganado de los deseados, un Morante histórico, un Roca Rey que medía sus disputas con él en su tierra y la alternativa de Zulueta. Pues bien, todo se fue al traste con un ganado pésimo. Mal presentado, en el que algunos sólo se tapaban por la cara, alguno pitado de salida, y todos como desmotivados, embistiendo por compromiso, alguno manso, otros peligrosos y todos con el denominador común de que no servían para el lucimiento, excepto el espejismo del primero. Además, la incómoda lluvia deslució los prolegómenos. No llovía en Sevilla desde el 20 de mayo, 130 días sin agua y tiene que venir cuando hay toros. Menos mal que con cerrojazo paró, cerramos los paraguas, y pudimos ver la corrida en paz, pero mojados.
Todo estaba a favor de Zulueta. Morante lo dejó salir el primero del patio de caballos, el cariñoso público le ovacionó y le hizo salir al tercio al romper el paseíllo y no dejó de animarle en el de su alternativa. Lo vimos más decidido que otras veces ante un toro que fue aprovechable pero no tonto. Quizás debió pisar otros terrenos más comprometidos, pero estuvo bien y hubiera cortado oreja de no pinchar repetidamente en la suerte contraria y no querer rectificar los terrenos. El sexto ya fue de imposible lucimiento, deambulando por el ruedo de un sitio para otro como si la cosa no fuera con él.
Morante no pudo tener su tarde, pero nos dejó pinceladas inolvidables. Su primero fue el peor de todos. Manso, tardo, topón e incluso peligroso. Le dio tres y a matarlo. Ni una queja. El cuarto fue complicado y trabajoso, pero pudo Morante deleitarnos algo con el capote, y, sobre todo una tanda al natural con uno de ellos inolvidable, templado, larguísimo y rematado atrás que hizo crujir la plaza. De los que pagan la entrada y no se olvidan.
Roca Rey comprobó en su primero que, en su pelea con el Torero de Sevilla, aquí tiene las de perder. Con parte del público en contra, intentó hacer lo que sabe, con un toro muy deslucido, pero sólo encontró reproches del respetable. El quinto era tan malo como los demás y Roca, en vista del ambiente se fue a los medios de rodillas a un toro que huía, hasta que le echó mano, afortunadamente sin consecuencias. El público, esta vez sí, le reconoció el esfuerzo ante un toro imposible. Por cierto, su primer toro salió con una visible cornadita en la para trasera que no le impedía continuar la lidia, todo el público la vio y algunos protestaron. Pues incomprensiblemente el presidente, que si no la vio en el reconocimiento la tuvo que ver como todos cuando el toro salió, lo mantuvo en el ruedo hasta que ya picado Roca se le encaró señalando de cornada y sólo entonces lo cambió.
Durante el tercio de varas del último toro, pudimos observar mientras esperaban junto al caballo, una larga conversación entre Morante y Roca Rey, que acabó con un cariñoso gesto entre ambos y la ovación del público. Esto sí que es de Nobel de la Paz.
2 respuestas a «A poco que hubieran embestido …»
Corrida de expectación…
Los naturales de Morante excepcionales. Se quedarán en mi retina para siempre
Y en los de cualquiera con un mínimo gusto, Luis